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En un país multicolor…

Sábado, 1 de Junio de 2013

Goma,10:45h. La lluvia de anoche en esta estación seca ha hecho que el polvo se calme, concediendo su tregua.

No os he hablado de esta ciudad por falta de tiempo. Por corre corre de aquí para allá. Y ahora que puedo resulta que la adaptación ha hecho cambiar mi realidad.

Me encuentro en unos de los países más ricos y vastos del mundo. En el segundo bosque tropical más grande después de Brasil. En uno de esos lugares donde el dicho y el título: el mundo es ancho y ajeno cobran verdad.

Se comprende aunque no se defienda el hambre y la muerte en un lugar seco. Aquí no tienen ni defensa ni razón. Fértil, rico, grande, a pesar de explicación siguen sin tener razón. La tienen, y siempre es el dinero o el hombre, o los dos, el causante, su responsable.

La ciudad al principio inquietante, insegura , frágil, fantasma, casi muerta, se ha tornado viva, cambiante, hospitalaria, hermosa en todas sus realidades.

Algo parecido le ha pasado a mi alma. Enjaulada en sus tormentos con algunas escapadas fugaces, ha encontrado una puerta mal cerrada. Una salida, un principio, un camino hacia la libertad que sólo un cuerpo, un ser, una mente, uno mismo puede alcanzar deseándolo y yendo detrás de él (ella).

Vivía con la ansiedad de un volcán feroz y vivo detrás y un lago potencialmente explosivo (burbujas de metano impiden la vida en su profundidad) delante. Y en medio de un conflicto perpetuo, inacabado, indeseado, malvado, terrible, acechador.

He ido descubriendo las plantas, su grandeza, su tamaño, su esplendor, su forma de vivir con las otras (plantas). Los animales, su tamaño, su pasividad ante la presencia de cualquier humano (gorilas). Sus gentes, cercanas e iguales a pesar de tantas diferencias. Sus anhelos perdidos en el tiempo y como yo, en su lucha por la libertad.

Ahora vivo en ese mundo ancho y ajeno, que se vuelve propio, colorido, fresco, limpio gracias a la lluvia de ayer, con los restos de una gripe africana que cuando se acaben, sin duda, me dejarán mejor. En este mundo hay caminos y ninguno te ata, ninguno de limita, ninguno te oprime, ninguno te dice que para ti no, que no hay opción, ninguno te coarta, ninguno te inhabilita. Siento un enorme placer al crecer.  Y al oler los vientos de los diferentes caminos que encuentro.

Delante de mi unos chicos se casan. Ésta no es mi boda, la mía es después, pues soy (no estoy) invitada observadora de una boda en Goma. Pero eso llegará más tarde. Ahora desfilan otros cuerpos también alegres, excitados por su emoción, vestidos de colores todos, el resto, los mayores, los niños,… los novios enteros de gris y blanco.

Qué rica es la diversidad, qué rica, que inmensa y que buena. Que alegre, innegable, emocionante, entrañable y qué elegante es. Qué humilde y próspera. En medio d esa diversidad inmensa os deseo encontréis la vuestra.

Buen fin de semana.

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