Domingo, 19 de Mayo de 2013
Goma, 15:11. Charlo con Dearbhla recién salida del agua.
Se bañaba confiada, «el gas está un poco más a la derecha». Todas las personas a las que he conocido hasta ahora, sea cual sea el punto costero en el que se sumerjan en estas aguas, se bañan con la confianza en que el gas estás más a la derecha de su hoyuelo de baño.
Ella viaja sola, es tan rubia y libre, como grata. Hace films, vamos películas o documentales, en este caso sobre las mujeres violadas en África, y qué mejor elección que el Congo, pienso yo y dice ella.
Yo navegaba por los rincones de todos los mares de las emociones cuando ella saludó. Ça va?. Ça va très bien. Et toi?. Y ahí comenzó la charla.
Estaba yo en esto: son los pensamientos los que me traen de aquí para allá y de allá me llevan a cualquier otro lugar. Todos ellos conocidos, algunos temidos, los más fuertes deseados, alguno fuerte también no deseado,…y no me agarro a ninguno, me parece si no, faltar a los demás. Y si me equivoco?. Siempre “y si me equivoco?”.
Disfruté esta mañana como nunca lo había hecho de un trozo de lectura, unas 100 páginas de exploración en el Congo. Me pareció haberla vivido. La exploración. También la lectura.
Siempre quise ser exploradora. Una cagona, pero exploradora. Al parecer si exploras y exploras, te vas con perdón, yendo menos por la pata.
Me meto cada noche en la cama con miedo a cualquiera de los guardianes de este pueblo y me levanto cada día con más ganas. Ya no quiero leer más sobre los riesgos de esta tierra, se vive mejor en la ignorancia, a pesar de la rabia que me da lo de ser ignorante. Mi pecado?, la curiosidad.
Tengo ganas de mañana, siempre tengo ganas de mañana. Certera es la imagen propia que un hijo te devuelve, como si fuera un espejo, uno más pequeño, más virgen y más reluciente.
Tan artífice de esta parte de mi, en esta nueva parte de mi, eres tú como yo, y de no ser por ti, no estaría aquí, así, yo. Y no sería ni lindo ni justo no reconocerlo, no agradecerlo y no transmitirlo. Y menos estando aquí, no disfrutarlo,…contigo aún en la distancia. Artífices son también mi madre, mi padre, mi abuela, los antepasados, los que no me quieren y aquellos a los que les sobro, aunque éstos tengan indeseada presencia, inmerecida importancia.
Cuántos momentos perdidos, los de la preocupación desdeñada. Cuántos bonitos, casi siempre, los inesperados. Ay! Cuántas ganas de recuperar las ganas, el bravío salero. Aquello que sólo algunos tienen y otros respiran con anhelo.
Y dime, después de tanto volar alto, de tanto sueño perfecto, cómo encontrar las palas para un amerizaje suave, blando, sin desperfecto?.
El lago se agita en su estación seca, guardando peligros, misterios, daños en potencia y alguna que otra sorpresa, formando con el agua, montañas y nubes, con algún pino y otros árboles, una belleza perfecta. Mi corazón se agita movido por ese agua, otros miedos y un amor que se acrecienta. Dicen que está más calmado con lluvias, el lago, digo! Porque mi corazón con las lluvias es el mismo que ahora, aunque menos borracho.
No es para tanto. No es para tanto?. Puede que en la literatura no sea para tanto, en la vida, es para tantísimo y más. O es al revés?. De hecho os lo digo, estoy enganchada a un pino, como os lo cuento. Se ha apoderado de mi sin soltarme desde que nos conocemos. No me suelta ni a petición callada, ni a hipotético rechazo devuelto. No me preguntéis por qué un pino, yo sólo sé que es un pino. Hermoso y alto, pero un pino.
Recuerdo a mi madre y su dicho: “tienes más miedo que vergüenza”. Pues sí, no tengo vergüenza, al menos no la tengo a mostrarme sin remordimiento.
Por qué eres tan rica cebolla?.
Grata mi conversación y grata la continuación del comienzo. Conociendo la necesidad de ser terrenal no aprende uno a ser práctico, y llega Dearbhla y todo lo de arriba se desvanece en la sombra de la pluma y la letra.
Comentarios
Aún no hay comentarios.