1 de noviembre de 2011
23:14 pm, Vigo, en casa, Mario ha llegado y yo me pregunto si quiero cumplir otro año…( por supuesto nada tiene que ver lo segundo con lo primero, son sólo dos hechos sucesivos).
Tuve una vez un amigo, y digo tuve porque aunque le sigo apreciando hemos perdido el contacto, al que le gustaba el número 1. Imagino que este mes estará contento y quiero imaginar que el día de hoy pudo haber sido «su día». Si es verdad que pensar desde aquí puede allí llegar, ahí va mi soplo Antonio. Yo por lo pronto como me ha recomendado Marta, me compraré un boletillo para el día 11, todo sea que éste sea también mi año y yo no me haya enterado (hasta ahora no puedo decir que lo haya sido).
Leo hoy en el perfil de un facebook amigo un comentario de una, suya, amiga también, que en un álbum de fotos le pone: «aparentemente, de gran fortaleza, pero con una sensibilidad, inmensa, un beso paisano» y me siento más que identificada.
Me puede la sensibilidad es verdad. Y eso que ya la tengo aplacada eh! Sandra. 10 años no son nada, y a la vez, son unas cuantas canas. «Que sería del mundo sin sensibilidad?», verdad Germán? aunque con sorna, con gran carga de verdad…»Es que eres demasiado sensible, necesitas afecto y yo no te lo puedo dar, me tengo que apartar». Ahí me has dado! ahí, sí me has dado!!!.
He recuperado parte de la niña sensible que había dejado de ser a la fuerza. No te queda más remedio si quieres sobrevivir en el mundo que no está hecho para la sensibilidad, para la belleza de dentro, para las almas sino para los cuerpos, para estrecharse los corazones sino las manos.
Lo cierto es que esto que tanto defiendo tanto me quema. Me quema por grande, me quema por verdad, me quema por dentro y sobre todo me quema porque conmigo nadie lo quiere cargar. Y no quiero el agua que apague este incendio. Total, que de nada me debo quejar.
Mejor sólo que mal acompañado dice el refrán. «Es el precio que debo pagar, una gran soledad, pero contigo no quiero estar», que dice una amiga a la que tengo en gran estima. Oh Dios! Yo sé que así os va mejor, a tí y al refrán, pero a mí, …ummm, buf,…yo, yo así no me atrevo a pensar. No sé que duele más, si el no tenerte entero o la soledad.
Como sabéis no quiero borrar este blog que un día abrí con ilusión y con la ayuda de los mismos que me pusieron peldaños cuando decidí subir la escalera de mi liberación. Esa de la que me he caído de sopetón.
Os pido perdón porque lo que ahora tengo para contaros no son aventuras de colores y olores, de telas, de sedales, de cubos y arenas, de tormentas, de grandes truenos, de luminosos relámpagos, de nostalgias y añoranzas,…Ahora no tengo más que recuerdos, cierro los ojos, y con la música sonando puedo todavía recordar sonrisas, brazos, nombres, trabajo, carretera, mi trocito preferido de la carretera a la escuela…Éstas son las botas que usaba allí, éste el jersey que me ponía a diario, (al ver las fotos) éste el niño que quería adoptar, éste el nombre de Mercy, misericordia. Señor ten misericordia de mí, decían en la misa esa a la que en el pueblo me obligaban a ir. Esa que yo me creí. Y crecí. Y me dí cuenta de que si ni siquiera la justicia es justa como va a serlo la vida con todo su azar, y siendo así, cómo va a tener misericordia de mí o de tí.
Os pido perdón también por deciros esto dos veces. Lo hago porque estos días las casualidades han hecho que me pregunten que por qué sigue abierto si no tengo ya una historia que contar.
Bueno, esta es mi historia.
Corre! Corre, muñeca, corre! Corre alegre y despierta. Y no dejes que nadie, ni siquiera tu padre (por poner una p, la del poder, la de los palos, la de la presión) te diga que esto tú no lo puedes hacer. Y mientras un niño duerme, yo me debato entre el mañana y el ayer. Entre el ayer por aquello de no repetir y el mañana por tanto que me queda por hacer ( y por qué no por contar…).
Se pasan los días. Se consumen con su monotonía. Y me consumen sin la sorpresa. Qué me pasará mañana? A quién conoceré? Con quien me escribiré? A quién me abrazaré?. Sorpréndeme vida. Duerme conmigo hoy, acaríciame hasta que te canses o hasta que me desgastes. Sí, yo pondré de mi parte. Me pegaré esta noche. Y mañana? Mañana, me levantaré con ganas, me acordaré y sonreiré. Cerraré los ojos y pensaré que todo va a ir bien, que por qué no hoy? y al abrirlos me tiraré de nuevo por el tobogán de la vida …y con ese movimiento vendrá la respuesta a mi llamada de la confabulación del universo que forzosa o sin forzar me tiene que traer la libertad.
Sí, quiero cumplir un año más, claro que quiero. Me descarga el desánimo, pero por suerte me carga pensar que puedo.
Comentarios
Aún no hay comentarios.