experiencias, mar, viajes

Se aburren las olas del mar?

Lunes 7 de mayo de 2012.

Vigo, 12:30. Cabo Silleiro. Uno de los cabos más bonitos de Galicia. Donde el mar es mar, y el mar y las rocas son de verdad.

Ante las vistas del talaso Atlántico no me queda otra que pensar si no se aburren las olas del mar.

No se aburren porque siempre viene otra detrás?. Porque siempre quieren llegar una roca más allá?. O porque su forma es siempre distinta y para ello no se puede cejar en el empeño por  rebotar?.

Lo cierto es que ahí siempre están y no se aburren de chocar y volver a chocar ese impacto que salpica el explosivo encuentro de la tierra y el mar.

La una quieta, impávida. El otro incontinente.

Una demostración de dominio natural que ejerce sobre cada bicho viviente una grandiosa y complementaria sensación de fuerza y paz.

Una invitación a la humildad. A empequeñecerse cual fiel servidor y a si fuera necesario entregar la vida antes de que te la puedan quitar.

Desapacible el día fuera, está apacible aquí dentro. Que cada cual elija su recipiente.

¿Cómo es posible que tanta bravura brinde tanta paz?.

Esta fuerza potencialmente destructiva colma misteriosamente los vasos de la tranquilidad.

La tranquilidad de saber que cada uno llega hasta donde puede llegar. Y que a partir de ahí no queda más que recargar para continuar.

Al mundo no venimos para ser siempre los mismos (el mismo), si no para ser nosotros mismos. Esto que me lo dijo hace tiempo una gaviota, me lo acaba de volver a confirmar.

Cada uno su evolutivo sí mismo. Sin sentir vergüenza por lo que perdemos, por lo que no tenemos, o lo que hemos hecho mal. Por lo que tanto nos cuesta realizar. Sin sentirnos menos porque siempre hay alguien que sabe más (dónde estás? que te quiero encontrar…). Sin necesidad de ahogarse en la desesperación por aquello que excede a nuestras manos. Sin necesidad de ejercitar la entrega absurda y absoluta de nuestro ser al de otros, con el objeto de sentirnos así útiles y aprobados. Con la única servidumbre hacia el nuestro, reconociéndole lo que no te deja hacer, agradeciéndole cuándo sí sabe cómo proceder, y prometiéndole siempre volver a empezar. Tan sencillo como eso.

Volver a empezar.

Otra oportunidad.

No sería una pena no probar?.

Y si no sale no pasa nada porque siempre otra vendrá. Porque mientras quede capacidad, nos queda fuerza y vida, y por tanto oportunidad.

*Nota aparte: Como en la vida, en cabo Silleiro se pueden encontrar rarezas que nada tienen que ver con el entorno. Las dejas estar y sigues caminando. Y aunque en Cabo Silleiro no se limpien, en la vida, quizás sí se puedan limpiar.

Comentarios

Un comentario en “Se aburren las olas del mar?

  1. me quedo… reconfortada… abrazada… calmada…

    cuanto… cuanto!!!

    Publicado por maricarmen | 16/12/2012, 12:05

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