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La cura del desasosiego

Lunes 16 de Septiembre de 2013

Vigo, 0:57h

Dónde está el amor si yo te digo que me invade el desasosiego y tú me dices que te invade el mío?. Y así, como en un partido de tenis hasta que los últimos puntos que se marcan son los del desencuentro, primero, y luego la culpa y el arrepentimiento.

Estoy segura de que el amor está en guardárselo, cada desasosiego, meterlo hacia dentro, como un calcetín al que se le da la vuelta. Hacia dentro de uno mismo y olvidarlo hasta que se pase, que casi no se note. Y luego salir a flote.

Pero también estoy segura de que está en abrazar ese mismo desasosiego, qué más da, el  tuyo y o el mío, y hacerlo mío o tuyo, y vencerlo, juntos, cuando uno solo no puede con él, y quererlo, hablarle despacio, acariciarlo,  hasta que se desvanece y se va como una ola al retirarse, tranquila.

Claro que lo mismo, como me pasa con el resto, tengo también una visión romántica de la cura del desasosiego.

Si lo pienso me da algo de vértigo. Creo que puedo no ser el único y puede ser que deambulen las almas atormentadas cada mañana, cada tarde, esta misma noche, por este mismo mundo grande.

Qué más da lo que me o te atormente?. Seguramente es lo mismo que al resto. Quizás no todo igual que tú, pero puede que una pizca de lo tuyo y otra de cada uno de ese mismo… resto.

Y qué hacemos?. Respirar. Pensar que todo va a estar mejor. Pensar en otra cosa. Volver a respirar. Contagiarte de alguna de las felicidades que también tienes cerca. Y luego esforzarte y contagiar tú al resto.

Te propongo que hagamos un trato. No es necesario que sea equitativo. Sólo hace falta que sea un trato y que siempre haya la voluntad de mantenerlo. Yo te abrigo y tú me abrigas. Yo te llevo mi fundamentado desasosiego. Tú traes el tuyo. No tenemos por qué coincidir ni en la fecha, ni en la hora, ni siquiera en el sitio. Ven cuando quieras, cuando lo necesites o te apetezca.

Y si algún día, por la razón que sea tu voluntad no quiere, no te permite, se resigna,…puede que hasta no le de la gana, también abrigaré tu marcha.

Buenas noches. Felices sueños. Abrígate. Y si me lees recuerda que todo está bien, yo incluido.